Acariciándonos con música el alma

Desde Jubal, hijo de Lamec, hasta Johann Sebastian Bach, y desde

entonces hasta hoy, . . . con la música nos acariciamos el alma.

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La mayoría de las cosas que oyes diariamente es música;

no dejes de escuchar la buena música que producen

ramas y hojas de árboles movidas por la brisa.

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Cualquier cosa que produzca sonido. . .
puede ser tu instrumento musical.
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Oyendo y haciendo musica,

acariciarás tu alma.

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Acaríciala; es

tu alma.
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